Rogue Legacy 2 – Análisis
Roguelites hay muchos, pero lo cierto es que solo unos pocos juegos han sido capaces de destacar dentro de este competidísimo género. En este selecto club podemos encontrar auténticas joyas como Hades, Dead Cells o Rogue Legacy, un título que bajo unos gráficos tremendamente simples escondía horas de pura diversión. Su éxito fue tal que ahora Cellar Door Games ha podido permitirse el lujo de desarrollar una secuela tan buena y tan superior que hace que su primera parte parezca una simple demo en comparación. Y sí, ya podemos decir tras innumerables horas jugando a Rogue Legacy 2 que es uno de los mejores roguelites a los que nos hemos enfrentado en los últimos años y todo un imprescindible para cualquier aficionado a este tipo de propuestas.
Videoanálisis
A continuación podéis ver nuestro análisis en vídeo, en el que os contamos qué nos ha parecido y podéis ver cómo luce el juego, que ha tenido una notable mejoría gráfica respecto a la primera entrega:
Un gran legado
De esta manera, volvemos a encontrarnos ante un juego de acción, plataformas y rol en 2D en el que deberemos explorar una gigantesca mazmorra dividida en varias zonas que tiene todas sus salas interconectadas. Como podréis suponer, el diseño del mapa se genera aleatoriamente cada vez y morir significará perder a nuestro personaje para siempre, obligándonos a tomar el control de alguno de sus descendientes para así volverlo a intentar. Evidentemente, nuestros sucesores pueden pertenecer a diferentes clases y poseer numerosos rasgos que alteran la partida de manera beneficiosa o perjudicial, algo que ayuda a mantener las cosas frescas y a que tengamos que adaptarnos constantemente a las peculiaridades de cada uno de los herederos. Además, y como novedad, si seleccionamos a un personaje que sufra algún tipo de dolencia recibiremos un bonificador de oro que dependerá de cómo de negativa sea, por lo que siempre hay un factor de riesgo y recompensa muy interesante que marca cada una de nuestras intentonas antes incluso de que comience la acción.
Como veis, hasta aquí todo se mantiene más o menos igual que en la primera parte, algo que también podemos aplicar a su sistema de progresión, gracias al cual podremos invertir el dinero que consigamos en cada partida en obtener todo tipo de mejoras, ayudas y potenciadores permanentes, como aumentar nuestra vida máxima o desbloquear nuevas clases y servicios, incluyendo tiendas en las que comprar equipo y runas con las que mejorar las propiedades de nuestros héroes.
Ahora bien, todo esto se ha expandido a lo grande para ofrecernos muchísimo más de todo: más clases, más mejoras, más rasgos y más contenidos y mecánicas desbloqueables. Es un juego bastante más grande que su predecesor que parece no agotarse nunca y que siempre nos está sorprendiendo con algo nuevo tras cada uno de nuestros intentos, consiguiendo mantener las cosas frescas durante más tiempo. Es perfectamente posible que juguéis durante 40 horas y que todavía sigáis descubriendo nuevas propiedades especiales de los personajes, nuevas reliquias o planos con los que adquirir nuevas armas, armaduras y runas, por no hablar de la cantidad de aspectos distintos que se pueden llegar a combinar para que nuestros herederos siempre resulten únicos.
Todo un roguevania
Sin embargo, esta secuela no se conforma solo con ofrecer un “más de lo mismo” y también se las ha apañado para introducir algunas novedades muy interesantes que le dan sabor propio y que hacen que todo resulte mucho más divertido. Para empezar, ahora es un juego que se acerca mucho más a lo que cabría esperar de un metroidvania que a un roguelite al uso.
Esto es algo que se nota especialmente con la inclusión de las Herencias, unas habilidades que tendremos que encontrar y que nos permitirán superar obstáculos que de otro modo serían insalvables. Algunas de ellas son muy clásicas, como el doble salto o la posibilidad de impulsarnos en el aire, aunque también las hay más específicas, como una que nos permite hablar con los espíritus para obtener nueva información u otra con la que podremos atravesar objetos de vacío. Una vez obtengamos una Herencia, su habilidad quedará desbloqueada permanentemente, así que no tendremos que volver a buscarlas y podremos atajar para avanzar más rápido por el mapa.
Como podréis intuir, esto también se traduce en que ahora dispondremos de unos personajes mucho más ágiles y versátiles que cuentan con un buen número de movimientos nuevos, algo que se usa genial para crear todo tipo de intensos retos plataformeros y batallas en las que deberemos hacer uso de todas nuestras herramientas si queremos sobrevivir, beneficiando así a la variedad de salas y desafíos que podemos llegar a encontrarnos. O dicho de otro modo, en lo puramente jugable es un juego inmensamente más rico, variado y satisfactorio con unos controles que solo podemos describir como “perfectos”.
Esta parte tan “metroidvania” también queda muy patente en la increíble cantidad de progresos que podemos hacer y que quedan registrados de manera permanente, como los jefes a los que derrotamos, las plataformas de teletransporte que desbloqueamos para ir directamente a la entrada de cada una de las regiones o las misiones y desafíos que vamos cumpliendo.
Todo esto ayuda a que siempre tengamos la sensación de estar avanzando y cada pequeño hito que consigamos nos ahorrará tener que repetir muchas tareas para que así nos podamos centrar en cumplir nuestro siguiente objetivo. Evidentemente, puede darse el caso de que lleguemos a un sitio y ya sea por falta de preparación o de habilidad acaben por destrozarnos, momentos que podemos utilizar para seleccionar personajes que reciban oro extra, aprovechar para limpiar zonas que ya tengamos dominadas y acumular oro con el que potenciarnos para futuros intentos, por lo que nunca habrá un reto imposible y cualquier dificultad puede acabar por solventarse tirando de fuerza bruta. De todos modos, el nivel de reto está muy bien ajustado y nunca nos ha dado la impresión de ser ni demasiado fácil ni extremadamente difícil, obligándonos a jugar bien y a estar atentos mientras sus emocionantes jefes y trampas nos ponen a prueba.
Otra mecánica que nos ha gustado muchísimo la tenemos en la Resolución, una nueva estadística que juega un papel clave en las partidas. Su funcionamiento es bastante sencillo: cuanto más pesado sea el equipo que llevemos, menos resolución tendrá nuestro personaje, un atributo que deberemos usar para conseguir las reliquias que nos encontremos durante nuestras aventuras y que nos darán utilísimas mejoras. El problema es que por cada punto que nuestra resolución baje de 100 nuestra vida máxima disminuirá, por lo que no serán pocas las veces en las que tengamos que decidir si nos merece la pena reducir nuestro límite de salud a cambio de obtener un importante potenciador.
En total, llegar al final por primera vez es algo que nos llevará entre 20 y 30 horas, una cifra que variará dependiendo de vuestro nivel de habilidad, aunque no os van a faltar motivos para seguir jugando tras completar la historia gracias a su función de Nuevo Juego+, donde el desafío se va incrementando con cada vuelta y se añaden modificadores para hacernos la vida más complicada.
Un apartado audiovisual muy mejorado
Finalmente, en lo que respecta a su apartado audiovisual tenemos que destacar la increíble mejora que ha experimentado respecto a su primera entrega, ofreciéndonos unos fondos muchísimo más bonitos y con bastantes más detalles, una mejor dirección de arte y unos personajes muy resultones que casan perfectamente con la estética general. Lo mejor es el estilo 2,5D que usa, combinando escenarios dibujados a mano con héroes, secundarios y enemigos modelados en 3D de tal manera que parecen ilustraciones en movimiento. El sonido, por su parte, nos deja unas composiciones más o menos animadas que acompañan bien la acción y unos efectos de calidad.
Conclusiones
Rogue Legacy 2 es todo lo que podríamos pedirle a la secuela de uno de los roguelite más celebrados que se han hecho nunca. Un más y mejor de manual, pero que tampoco se olvida de añadir un buen puñado de interesantísimas novedades que le hacen ganarse el 2 de su nombre a pulso al mismo tiempo que elevan la experiencia a un nuevo nivel. Más grande, más variado, con más contenidos, mejor diseñado, con una jugabilidad más profunda, ágil y pulida, con un enfoque más metroidvania y con unas mecánicas de riesgo y recompensa que siempre hacen que cada partida resulte fresca y divertida. Si os gustó el primero u os atrae lo más mínimo el género, no dudéis en darle una oportunidad, pues difícilmente os arrepentiréis. Sin duda, uno de los grandes indies del año.
Hemos realizado este análisis en su versión de PC y también hemos probado la versión de Xbox Series X, gracias a un código proporcionado por Cellar Door Games.